ㅤHace dos años me mudé a un pueblo alejado de la ciudad, al norte de Irlanda. No hay mucho que hacer allá, sin embargo, hay unos paisajes hermosos. Hoy cumplí 16 años, y mis padres me regalaron lo que siempre había soñado: un hermoso caballo blanco, el cual habían traído desde España. No se imaginan mi felicidad al ver semejante belleza. No sabía qué nombre ponerle, así que decidí esperar hasta encontrar su nombre ideal.

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ㅤCada mañana, salgo a galopar a una pradera muy verde y llena de flores. Suelo descansar allá o leer mi libro favorito. Obviamente mi fiel amigo me acompaña, quedándose a mi lado pastando y mirando los pajaritos volar.

 

ㅤEsa misma noche, noté que mi caballo estaba inquieto. Desde mi habitación lograba escuchar cómo relinchaba y pateaba fuertemente su establo. Me levanté sin hacer ruido y corrí hacia donde estaba. Él no tenía ningún problema y quise abrirle para calmarlo un poco. Pero, al abrir, salió corriendo sin dudarlo. No logré ver hacia qué dirección se fue, pero definitivamente pasaba algo. Me dirigí hacia mis padres para avisarles, aunque lo que obtuve como respuesta fue que no me preocupara y que él volvería solo. Sin poder hacer mucho más, me fui a acostar, mas no dormí muy bien.

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ㅤA la mañana siguiente me levanté y ahí lo vi, pastando tranquilamente. Como de costumbre, lo ensillé para nuestra cabalgata matutina y salimos del rancho. Camino hacia la pradera, se desvió del camino, le indiqué con las riendas volver al recorrido, pero no me hizo caso. Me llevó a la entrada de un bosque, con árboles gigantes y muy verdes. Se puso muy nervioso, sin embargo, lentamente fue adentrándose al bosque.

ㅤMás adelante nos topamos con una cueva rodeada de enredaderas y musgo. Como soy curiosa, me acerqué despacio para ver qué había. Pero, de repente, un búho café sale de la cueva y se me lanza a la cara. Como consecuencia, me caí del caballo, quedando inconsciente al instante. Me desperté en una cama hecha de hojas con un montón de búhos alrededor mío, los cuales me miraban fijamente. Me levanté y vi que uno de los búhos estaba herido, era el que había chocado conmigo. Me acerqué a él cuidadosamente y le puse ungüento, el cual siempre llevo conmigo en caso de lesiones; es una mezcla de muchas plantas que mi madre me enseñó a preparar cuando era pequeña. Después, con una hoja de árbol le envolví su ala y me alejé. El búho se mostró muy agradecido, y con un gesto me pidió que lo siguiera.

ㅤAtravesé una cortina de flores, que me hizo llegar a un lugar impresionante. Era un campo con un montón de rosas doradas que brillaban a la luz del sol. En el medio, había una diferente a las otras; era mucho más grande y dorada. El búho la cortó muy delicadamente con su pico y me la entregó en las manos. Inmediatamente volví a quedar inconsciente y desperté arriba del lomo de mi caballo. Pensé que todo había sido un sueño, pero tenía la rosa en mi mano.

 

ㅤAhí supe cómo nombrar a mi mejor amigo: Gold Rose era el nombre perfecto y que jamás olvidaría. Al volver a casa me di cuenta que uno de los pétalos de la rosa tenía algo escrito...

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“Sigue el camino una vez más, y algo mágico encontrarás.”

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Idea de: Alexandra Bitterborn y Kate Iceland.

Redacción de: Layla Sapphireflower.

Corrección de: Violeta Pinkhome.